miércoles, 8 de julio de 2009

UNO MÁS DE IZQUIERDAS

Por aquellos tiempos yo tenía bien claro cuáles eran mis ideas políticas, las llevaba dentro. Empecé ayudando a las familias de izquierdas que tenían a alguien en las cárceles españolas por motivos políticos, y colaborando, en lo que podía, económica y materialmente. En Yecla se escribían cartas contra el régimen, y se enviaban al extranjero, concretamente a Checoeslovaquia, en donde estaban Santiago Carrillo y Dolores Ibárruri, la Pasionaria. Las cartas se echaban a correos en distintos sitios, por ejemplo en Alicante, en Murcia, en Elda, con el fin de que en el matasellos no figurase el nombre de Yecla.

El contenido de estas cartas era siempre contar los problemas del pueblo y de los obreros, que no eran pocos. A las pocas fechas, el contenido de estas cartas llegaba al conocimiento de Santiago Carrillo y la Pasionaria a través de Radio España Independiente Estación Pirenaica. Por entonces compré una radio transistor. Todas las noches oía, en primer lugar, Radio París y, a continuación, La Pirenaica. En bastantes casas tenían aparatos de radio. Los que vivían en las plantas bajas estaban obligados a tener mucho cuidado, porque la Policía Secreta espiaba para saber quiénes escuchaban estas emisoras. Si alguien era pescado, nadie le libraba de un buen disgusto.

En la década de los sesenta el pueblo de Yecla sufrió una etapa de emigración bastante considerable, tanto al extranjero como aquí a otros lugares de la península. Yecla llegó a tener más de dos mil personas trabajando fuera, repartidos por las provincias de Alicante, Murcia, Valencia, Almería y algún otro lugar. La mayor parte de esas personas regresaban a Yecla los fines de semana. Gracias a esto, el comercio de Yecla se mantenía. Alguien decía que Yecla se parecía al resto de España porque vivía de las divisas de fuera. Un obrero ganaba unas dos mil pesetas a la semana.

Durante la semana, el pueblo estaba casi desierto por falta de actividad, sobre todo en la construcción. Volviendo de nuevo a la política, tengo que contar que, en más de una ocasión, aparecían pintadas en los muros de las afueras del pueblo reivindicando Amnistía para los presos políticos que todavía se encontraban en las cárceles españolas. Recuerdo que, un viernes del mes de mayo, alguien vió y denunció a unos chavales que estaban haciendo pintadas alusivas al régimen de Franco. La guardia civil los detuvo de inmediato, con gran disgusto para las madres, en principio. Al día siguiente, sábado, cuando los padres llegaron de vuelta del trabajo que realizaban fuera de Yecla, se encontraron con la desagradable sorpresa. Nos podemos imaginar el mal rato que empezaron a vivir.

Uno de los padres fue al cuartel de la guardia civil a interesarse por su hijo. De nada le sirvió. Le detuvieron también a él. La noticia corrió como reguero de pólvora. Antes de las ocho de la tarde más de mil personas se manifestaron y se dirigieron a casa del señor Juez gritando por las calles: ¡Libertad!, ¡Libertad!, ¡Amnistía!. Una vez que la manifestación llegó al cuartel de la guardia civil, el guardia de puerta avisó al sargento, que en Yecla hacía de comandante de puesto. El Juez entró en conversación con el sargento solicitando la puesta en libertad de los detenidos, petición que el sargento aceptó. Cuando los detenidos salieron hasta la puerta de la calle, se les preguntó por el trato que habían tenido con ellos. Estos contaron que les habían pegado. Los guardias y el sargento lo negaban, pero uno de los detenidos señalaba a un guardia y decía ¡éste me sujetaba y éste me pegaba!. El resultado de aquella noche fue tan positivo que los manifestantes gritaban ¡viva el Juez! ¡viva el Juez!, algo parecido a lo que ocurre en las películas del oeste cuando los vaqueros gritaban ¡viva el sehrif!. Pero lo peor estaba por llegar. A los ocho o diez días de los acontecimientos, más de veinte personas que habían participado en la manifestación fueron sancionadas y multadas, por orden Gubernativa, con 20.000 pesetas y a los pocos días hubo algunas detenciones con mayores consecuencias.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Juan, sigue escribiendo. He entrado hoy y veo que no has escrito nada. ???
Un saludo
jesus

Unknown dijo...

Juen, tienes que completar el final del título UNO MAS DE IZQUIERDAS. Míralo. Hay algo que dejaste sin terminar.

LLegado a la jubilación, diviso mi vida como desde una atalaya: alegrías, miserias, trabajos, familia, amistades... Es como una película, la película de mi vida. Yo he tratado de presentar algunas cosillas en este sencillo blog. Es además, en cierta medida, el reflejo de lo que ha sido la vida de nuestra generación: carencias, sudor, lágrimas, y, también, algunos momentos agradables.

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