lunes, 24 de noviembre de 2008

MI PRIMERA INFANCIA


Mi hermano Pedro se empleó con los albañiles. Mi hermana Fina se puso a servir de criada. Mi hermano Martín empezó a trabajar en el campo, y yo le ayudaba a mi madre a poner y quitar el puesto en el mercado, sobre todo , los miércoles y domingos, porque el resto de la semana no hacía falta madrugar tanto. ¡Cuánto frío hemos pasado en aquel puñetero mercado! ¡Porque hay que ver el frío que hace en Yecla!
Esto que voy a contar sucedía cuando yo tenía unos 6 ó 7 años, y, aunque parezca mentira , es totalmente cierto . Por aquellos tiempos, y, sobre todo los domingos, había en el mercado un alcalde de plaza. Este señor, por decir algo, obligaba a todas las revendedoras a ir a misa antes de comprar los géneros para después poder poner los puestos. A las que no iban a misa, las interrogaba hasta el punto de tener ellas que arrodillarse para poder comprar los géneros.
Cuando yo empecé a ir a la escuela, tenia 5 años. En la escuela también nos obligaban a ir a misa.

lunes, 3 de noviembre de 2008

PRESENTACION

En primer lugar quiero saludar a todas aquellas personas que entren en este blog. Cuando se encuentren con lo que a continuación les quiero contar de los recuerdos de mi vida, espero que, más o menos, les guste. Pido perdón en primer lugar por las faltas de ortografía que puedan encontrar.

Me llamo Juan Rodríguez Navarro y soy hijo de Juan y de Catalina. Yo nací en Yecla un 25 de enero del año 1938; por lo tanto puedo decir que soy un hijo de la guerra. Por delante de mí nacieron otros tres hermanos más. Nacieron por este orden: en primer lugar nació Pedro, en el año 1925. En segundo lugar nació Martín, en el año 1930, y en tercer lugar nació mi hermana Fina en el año 1932.

Por aquellos tiempos, mi madre era revendedora en el mercado de frutas y hortalizas, y tenía el puesto, al igual que todas, en la iglesia nueva. Mi madre me tenía a mí en un capazo detrás del puesto, porque yo sólo tenía meses de edad; estoy hablando del año 1938 y del año 1939. Y así, hasta que se acabó la guerra. Porque, a partir de ahí, ya no se puso nunca más el mercado en la iglesia. Cuando entraron las tropas Nacionales en Yecla, lo primero que hicieron fué ir a la iglesia y quitar todos los puestos que había en ella, con el consiguiente revuelo de todo el público.

A partir de aquellos momentos, en mi casa se empezaron a torcer las cosas y a ir mal. ¿Y por qué? Pues porque a mi padre se lo llevaron a la cárcel por rojo. ¡Hay que ver cómo se complican las cosas cuando en una casa ocurre un desastre como en la mía!... Y, sobre todo, si una mujer, como mi madre, se encuentra con cuatro hijos y, de ellos, el mayor sólo tiene 14 años , y el resto, 9, 7, y el pequeño, que era yo, 14 meses. El tiempo fué pasando, y nosotros fuimos creciendo. Mi madre era cada día más esclava de todos nosotros. Ella siguió vendiendo en el mercado.
LLegado a la jubilación, diviso mi vida como desde una atalaya: alegrías, miserias, trabajos, familia, amistades... Es como una película, la película de mi vida. Yo he tratado de presentar algunas cosillas en este sencillo blog. Es además, en cierta medida, el reflejo de lo que ha sido la vida de nuestra generación: carencias, sudor, lágrimas, y, también, algunos momentos agradables.

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