viernes, 31 de julio de 2009
COMIENZA MI VIDA DE CASADO
jueves, 30 de julio de 2009
MI VIAJE DE NOVIOS

Durante la estancia en Valencia lo pasamos bastante bien. Una de las noches fuimos a una sala de fiestas
Y hasta aquí el relato de mi viaje de novios.
miércoles, 29 de julio de 2009
LLEGA EL DÍA DE LA BODA

12 de Octubre del año 1967
Los invitados de Villena, ninguno de ellos tenía coche, tuvieron que utilizar el tren de vía estrecha que había, como ya he comentado alguna vez.
Como era normal, los primeros en acudir a la iglesia fuimos mis padrinos y yo. Llegó después la novia. El sacristán me preguntó a mí si, al salir de la ceremonia, abría la puerta principal de la iglesia. Le pregunté si el hecho de abrirla costaba dinero. Me dijo que costaba trescientas pesetas.
Entonces, le contesté, saldremos por donde hemos entrado, es decir por las puertas laterales. Una vez terminada la ceremonia y haber recibido la enhorabuena de los invitados, los recién casados y los padrinos fuimos al fotógrafo para que quedara constancia de nuestro enlace matrimonial.Sobre las doce de la mañana nos marchamos todos al Restaurante para dar buena cuenta de todo lo que habíamos preparado previamente y que ya he explicado. Todo resultó tal como se había previsto. Los invitados quedaron satisfechos y contentos de haber comido y bebido lo que les dió la gana. Si a esto añadimos que también hubo música de acordeón, pues mucho mejor, porque allí bailó el que quiso y el que pudo. Una vez todo esto acabado, cada cual se marchó a donde le dió la gana. Los familiares más directos de mi mujer, ¡ qué palabra ¡..., y los míos, nos fuimos a tomar café y a quedarnos un poco más tranquilos de tanto ajetreo. Después nos marchamos a casa de mi cuñada María, en donde había vivido mi mujer durante siete años. Estando allí, mi cuñada me preguntó si me apetecía merendar. ¿Tienes algo?, le dije. Me contestó que de salado tenía caballa preparada con pimenton y ajos. Así que, sin pensármelo dos veces, me puse a merendar este delicioso manjar. Algo más tarde nos marchamos a Villena, a casa de mi hermano Martín, a estar con el resto de mi familia. Allí nos pusieron de cenar y estuvimos hasta pasadas las doce de la noche, en que cada uno se marchó para su casa. Mi hermano Pedro y su familia tuvieron que tomar un taxi para ir a Onteniente.
sábado, 25 de julio de 2009
SUENAN CAMPANAS DE BODA
Una vez echas estas consultas no hubo ningún problema, de ambas teníamos la autorización, por lo que decidimos poner la fecha del 12 de Octubre del año 1967, festividad de la Virgen del Pilar. Teníamos siete meses por delante para preparar lo que buenamente pudiéramos tener y hacer según nuestros medios económicos.
Por parte de mi novia era su madre la que tenía que comprar el dormitorio. Esto estaba establecido así desde hacía muchos años en Yecla. En cuanto al ajuar de la novia, Paquita lo había preparado con tiempo suficiente y con bastantes sacrificios para tener lo que podía. Yo, por mi parte, prácticamente no tenía muebles, lo único que aporté fue el piso que compré siendo soltero y los pocos muebles que me llevé de Yecla. Por no tener no tenía ni comedor, pero no tardamos mucho tiempo en comprarlo. Como ya comenté anteriormente, mi hermana vivía conmigo y, en cuanto hablé de casarme, no tuvo más remedio que buscarse otra vivienda, ya que aquel piso no pasaba de los setentas metros cuadrados.
La fecha de la boda estaba cada vez más próxima. Teníamos que pensar y hacer la lista de invitados que cada uno íbamos a presentar por parte de nuestras familias. Nuestra economía, por aquellos tiempos, no era muy buena y había que pensar en ajustar los gastos con mucho tacto para no quedar empeñados por querer sacar la barriga y después arrepentirnos. El total de invitados fue de ciento cincuenta.
El menú de boda fue el siguiente: tres bocadillos variados por persona, madalenas, sequillos, que son un dulce típico de Yecla; bebidas, cerveza,vino, refrescos, fanta, cocacola; y, para finalizar, bebidas alcoholicas, coñac, aguardiente, anís y algún otro licor dulce. Tampoco podìa faltar un puro para los hombres y cigarrillos para las mujeres.
Los bocadillos los tuvimos que preparar nosotros la noche anterior a la boda en casa de mi novia. Todo lo preparado lo llevamos al día siguiente, antes de la ceremonia, al lugar en donde se iba a celebrar el convite en Yecla. El gasto total de la boda fue de 35.000 pts. a pagar entre las dos partes. No es que fuese mucho dinero, pero para nosotros fue un pequeño esfuerzo, con la tranquilidad de no quedar empeñados con nadie.
jueves, 23 de julio de 2009
A TRABAJAR EN FORTE, S.A
LA CAMA SE ROMPE
inmediato traté de despertar a mi amigo, pero, como tenía un sueño muy profundo, no hubo forma de que despertase para arreglar la cama. Yo tenía que levantarme a las cuatro y media para coger el tren que me llevaría a Villena y que salía a las seis menos cuarto de la mañana. Viendo que mi amigo no se despertaba, no tuve más remedio que continuar en la posición en la que estábamos hasta que se hizo la hora de levantarme y marcharme.NACE LA COMPARSA DE BALLESTEROS
comparsa Arabes fue fundada en el año 1.957, pero no tuvo demasiada aceptación. Por este y algún otro motivo, cada año que pasaba iban quedando menos socios, hasta el punto de que el año 1965 iba a ser el último de su existencia, dándose la paradoja de que, para mí, fue el primer año en salir de festero.Cuando acabaron las fiestas de este año 1.965 había dos opciones, o se fundaba una nueva comparsa o desaparecía para siempre de las fiestas de Villena. Después de varias reuniones de las personas que habían pertenecido a la comparsa anterior, se llegó al acuerdo de formar una nueva, con el cambio de que, en vez de pertenecer al bando Moro, lo haría al bando Cristiano con el nombre de Comparsa de Ballesteros.Mi amigo Pedro Compañ me convenció para que les ayudase en la creación de esta nueva comparsa, cosa que acepté muy gustosamente. De nuevo hubo que empezar a hacer reuniones. En primer lugar se nombró una directiva de la que mi amigo Pedro me propuso formar parte. Acepté de nuevo. Y nos pusimos a trabajar.Había que hacerlo todo: bocetos de los trajes (se hicieron varios hasta que dimos con el que nos gustó), las botas, las armas. Había que ver la forma de amortizar el coste de todas estas cosas. Cada uno debería pagarse su traje. Se estableció también una cuota mensual para gastos de la comparsa. Y un montón de cosas más. Yo me encargué de que
gran parte de las botas las hiciera un amigo mío de Yecla y de comprar la pólvora necesaria. Esta pólvora nos costó veinte pesetas menos por kilo que en Villena. Entonces la venta de pólvora era libre, la vendían en las armerías siempre y cuando llevases un permiso de la Guardia Civil. A esta Comparsa pertenecí durante veintiún años, diecinueve de los cuales lo hice como socio saliente y los otros dos como socio protector. Mi hermano Martín y mi cuñado Pascual también se hicieron socios, incluidos los hijos de cada uno de ellos. En dos ocasiones y en años alternos mi hermano Martín y yo ostentamos el cargo de Capitán y Alférez de la Comparsa. Aquellos años fueron maravillosos de lo bien que lo pasábamos con los amigos y demás compañeros. El último año de soltero en que yo salí de festero fue el año 1967. En los seis días que hay de fiestas solamente podía dormir diez horas, y en dos veces.martes, 21 de julio de 2009
YA TENGO NOVIA

EMPIEZO A BUSCAR NOVIA

Yo tenía 27 años y Paquita 26, una edad más que suficiente para los dos. La nochevieja del año 1965 la celebramos juntos, en compañia de varios amigos. Nos fuimos a cenar a la pensión, en la Avenida de Yecla.
lunes, 20 de julio de 2009
DE NUEVO A TRABAJAR A VILLENA
se construyeron frente a la plaza de toros. Al poco tiempo, viendo que las cosas empezaban a ir bien, se lo comenté a mi hermano Martín y a mi cuñado Pascual, con el fin de que, si querían, se vinieran a vivir a Villena. Ellos aceptaron y, al poco tiempo, Martín alquiló una casa y, en cuanto pudo, también se compró un piso. Mi cuñado Pascual, en principio se vino a vivir conmigo y lo estuvo haciendo hasta el día en que yo dije que me casaba. El continuó viviendo de alquiler toda su vida.
Todo esto ocurría a finales del año 1965 y comienzos del año 1966. Por estas fechas la empresa que había hecho veinte viviendas frente a la plaza de toros iba a hacer otras veinte, anexas a las anteriores, y me buscaron a mí para trabajar en esta obra, que dió comienzo a primeros de año. La cuadrilla la formamos las siguientes personas: un oficial de primera, que era yo, un oficial de segunda, que era Antonio Girón y cuatro peones, dos hermanos, Pepe y Evelio, José Cabanes y un gitano llamado Pepe. Todas las cimentaciones de esta obra las hicimos a pico y pala, sobre todo las de las zapatas de pilares para un edificio de cuatro plantas. Los pilares los montábamos nosotros, pero el encofrado de las jácenas lo montaban los encofradores, personal bueno y muy valiente.domingo, 19 de julio de 2009
MI SALIDA DEFINITIVA DE YECLA
Una vez resuelto lo del piso, el día veintidós de Agosto hicimos el traslado de los pocos muebles que teníamos en Yecla, y nos fuimos a vivir, tal como se había previsto, a Villena. En el asunto del trabajo no tuve problema en principio, pero a finales del mes de Agosto la obra en la que yo estaba había llegado a su fin. Villena se preparaba para celebrar sus fiestas patronales de Moros y Cristianos en la primera semana de Septiembre. Por este motivo, y para no estar parado, no tuve más remedio que hablar con unos amigos, y a su vez paisanos, que estaban trabajando en el pueblo de Ibi, a dieciocho kilómetros de Villena. En cuanto hablé con ellos me dijeron que podía empezar en cuanto quisiera. cosa que hice de inmediato. En este pueblo estuve tres meses. Mis paisanos y amigos tenían allí sus familias. Yo, en cambio, íba los lunes y regresaba los sábados. La obra que hicímos fue un chalet. Yo me quedaba a dormir en la caseta de las herramientas. El dueño de la obra era un señor que, poco tiempo atrás, no tenía ni dinero para llevar a su novia al cine. Este señor se decidió, y montó una fábrica de juguetes con la suerte de que, en poco tiempo, empezó a triunfar económicamente. Esta obra la hicímos por mediación de un constructor llamado Juan Rico, del pueblo de Castalla.
jueves, 16 de julio de 2009
NOSTALGIA
(Pincha en la foto para ver Yecla en tamaño grande)En esta calle viví hasta que cumplí los doce años. Posteriormente mi madre alquiló una casa en la calle del Olivo, también en el nº 40. A esta calle la llaman del Olivo porque, según la historia, fue el lugar donde se plantaron los primeros olivos de los campos de Yecla. Fue a principios del siglo XVII, y al final de dicho siglo, ya había unos 70.000. La producción media en la segunda mitad del siglo XVIII era de 102.ooo litros de aceite, y, como entonces el consumo de la población era de 65.ooo litros, el resto se vendía a forasteros. La producción actual, que es muy oscilante, va de 750.000 a 1.500.000 litros.Viviendo en esta casa de la calle del Olivo fue cuando mi hermana Fina, en el año 1957, se casó. Estuvimos viviendo juntos hasta que, de nuevo, nos tuvimos que cambiar de casa porque era pequeña. En esta ocasión lo hicimos a la calle Jabonerías. A esta calle se la llama de Jabonerías porque en ella trabajaban unos artesanos fabricantes de jabón. Quizás la primera fábrica o almona es la que Alonso Huesca estableció allí en 1.726. La distancia que hay entre las tres casas es de unos 200 metros. En esta casa de Jabonerías estuvimos viviendo hasta el año 1.964. Fue entonces cuando me marché definitivamente a vivir a Villena.
De vez en cuando nos acercamos a Yecla para estar con los familiares y amigos que todavía tenemos allí. Yecla es el pueblo donde me siento más a gusto. Está previsto que, cuando me muera (espero que sea dentro de muchos años), me entierren allí.
miércoles, 15 de julio de 2009
1200 LADRILLOS CADA UNO - DE NUEVO EN SAN VICENTE
En los pueblos el único medio que había entonces para subir los materiales a las obras era el montacargas. Pero las viviendas de esta
obra estaban ya terminadas y no se podía colocar nada para subir el material. Necesitábamos 5.000 ladrillos del nº 9. Una tarde, después de salir de trabajar, los cuatro que íbamos a hacer los trasteros merendamos bien con el fin de estar lo más fuertes posible para empezar el trabajo. Todo el material había que subirlo por las escaleras. Eran 90 peldaños desde la calle a la terraza. Debido al peso de cada ladrillo, la mayor cantidad de ladrillos que podíamos subir cada uno de nosotros era de doce en cada viaje. El tiempo que nos llevó subir los ladrillos fue de unas cuatro horas. Cuando nos cruzábamos por las escaleras, no podíamos ni vernos unos a otros de la mala leche que llevábamos. Una cosa es decirlo y otra muy distinta hacerlo.El tiempo iba pasando. Desde tiempo atrás se venía forjando un problema de convivencia entre mi madre y la mujer de mi hermano Pedro. Un día no hubo más remedio que hablar con él y decirle: “Mira Pedro, tu mujer y nuestra madre no se llevan bien. Parece ser que tu mujer la quiere tener como criada, y la madre no está dispuesta a pasar por lo que tu mujer pretende”. Añadí yo: “Pedro, tú sabes que llevamos casi cinco años trabajando juntos y que cada día hemos estado más a gusto el uno con el otro. Pero, debido a la incompatibilidad de caracteres entre la madre y tu mujer, antes de que tú y yo nos enfademos, lo mejor será que yo me busque trabajo por otro lado, y, aquí paz y allá gloria. Mi hermano no tuvo más remedio que entenderlo y, muy a su pesar, darme la razón.
Antes de marcharme hablé con los antiguos compañeros que trabajaron conmigo en Alicante. Afortunadamente entre ellos se encontraban mi otro hermano Martín y mi cuñado Pascual.
La empresa era la misma, es decir Alfredo Corral Cervera. Las obras estaban en la barriada de la Virgen del Remedio, en donde se construyeron 5.000 viviendas. Nos hospedábamos en San Vicente del Raspeig, con la suerte de que la casa era la misma en que estuvimos anteriormente.
martes, 14 de julio de 2009
MI HERMANO, EMPRESARIO
El, como empresario, funcionaba bastante bien. En esta nueva etapa estuvimos trabajando, en primer lugar en Elche, en donde hicimos ocho viviendas; a continuación hicimos doce viviendas tipo chalet adosado en Santa Pola. En esta obra yo estaba de encargado de las diez personas que hicimos las viviendas. El se marchó a Onteniente a empezar otra obra que había subcontratado con otra empresa. Una vez que acabamos la obra de Santa Pola, nos fuimos casi todos los que estábamos en Santa Pola a una obra que había en el pueblo de Agullent, pueblo de la provincia de Valencia. Debido a que esta obra también era importante, más de un compañero se llevó a su familia, pues estaba previsto que durara al menos dos años.
Estoy hablando de los años 62/63. Entre todos alquilamos una casa. En ella vivíamos Nicolás y su mujer, que no tenía familia, pero que estaba ya embarazada, y yo. Al poco tiempo, esta señora hubo de marcharse a Yecla a dar
a luz. En cuanto pudo volvió a Agullent para estar con su marido y el hijo que tuvo. Yo me llevé a mi madre para que me hiciese las comidas y todo lo demás, pues por aquellos años me encontraba ya muy mal de la úlcera duodenal que el especialista de Murcia me había detectado. Todavía no tenía novia, ni la más remota idea de buscarla. Estando en Agullent, falleció mi abuela materna, la única que yo conocí, porque mi abuelo materno falleció el mismo año en que nací yo, es decir el año 1938. De mis abuelos paternos lo único que puedo recordar, me lo contaba mi madre, es que se marcharon a Francia cuando terminó la guerra civil española. Anteriormente he escrito que mi hermano Pedro se portó bien, pero sólo hasta cierto punto. En Agullent compartió la empresa con uno de los oficiales de los que llevaba trabajando, en vez de hacerlo conmigo. Yo se lo perdoné, en primer lugar porque era mayor que yo; en segundo lugar porque aprendí bastante con él, y, por último, porque teníamos previsto irnos a vivir a Onteniente a trabajar con la misma empresa de Agullent y tendríamos que convivir en la misma vivienda.
Cuando terminamos la obra de Agullent Nicolás y su familia se marcharon a Yecla. Mi hermano Pedro, BLas y su mujer, y yo con mi madre alquilamos un piso, como he dicho antes, en Onteniente. Este piso era bastante amplio. Disponía de cuatro habitaciones, dos cuartos de baño, una cocina bastante amplia y un comedor muy grande. Viviendo en este piso fue cuando el día 22 de Noviembre del año 1963 asesinaron al Presidente de los EE UU de América.
lunes, 13 de julio de 2009
YO TAMBIEN FUI FUMADOR
Cuando tenía 20 años empecé a fumar algún que otro cigarro, cosa que nunca debería haber hecho, pero ocurre que, cuando uno está trabajando con algún compañero que ya es fumador y empiezan a ofrecerte algún cigarro, uno en principio dice que no, pero, por otro lado, parece ser que fumar te va a dar más categoría o que pareces más hombre. Nada más lejos de la realidad. Lo mismo ocurre con la bebida.
me fui a vivir a Villena yo era un gran fumador, hasta el punto de que, cuando llegaba el invierno, me resfriaba bastante. No tuve más remedio que ir al médico de familia. Todavía recuerdo la fecha, 17 de Enero del año 1968. Me dice el médico: "Juan, debes intentar dejar de fumar porque tienes los pulmones algo sucios. Le contesté: "no se preocupe, que voy a hacerlo". A los dos meses coincidimos en el autobús público de Villena y me pregunta: "¿Juan, has dejado de fumar?". Yo le digo: "¡sí señor!, y él me contesta: "¡pues yo no puedo!, qué valiente eres". Seis años estuve sin fumar, hasta que la empresa Forte me trasladó a Orihuela y empecé a relacionarme con nuevas personas y de nuevo caí en las redes de este vicio. Ultimamente me fumaba dos paquetes de cigarros cada día, hasta que, cuando me operaron de la úlcera de estómago, me dije ¡se acabó!.miércoles, 8 de julio de 2009
UNO MÁS DE IZQUIERDAS
eran pocos. A las pocas fechas, el contenido de estas cartas llegaba al conocimiento de Santiago Carrillo y la Pasionaria a través de Radio España Independiente Estación Pirenaica. Por entonces compré una radio transistor. Todas las noches oía, en primer lugar, Radio París y, a continuación, La Pirenaica. En bastantes casas tenían aparatos de radio. Los que vivían en las plantas bajas estaban obligados a tener mucho cuidado, porque la Policía Secreta espiaba para saber quiénes escuchaban estas emisoras. Si alguien era pescado, nadie le libraba de un buen disgusto.En la década de los sesenta el pueblo de Yecla sufrió una etapa de emigración bastante considerable, tanto al extranjero como aquí a otros lugares de la península. Yecla llegó a tener más de dos mil personas trabajando fuera, repartidos por las provincias de Alicante, Murcia, Valencia, Almería y algún otro lugar. La mayor parte de esas personas regresaban a Yecla los fines de semana. Gracias a esto, el comercio de Yecla se mantenía. Alguien decía que Yecla se parecía al resto de España porque vivía de las divisas de fuera. Un obrero ganaba unas dos mil pesetas a la semana.
martes, 7 de julio de 2009
SETENTA KILOMETROS EN BICICLETA
lunes, 6 de julio de 2009
AL PIE DE LA SIERRA MARIOLA
Esta obra de Bocairente fue la peor de todas las que tuvimos con la empresa de Alfredo Corral Cervera. Nuestras familias no vinieron ya con nosotros. Se volvieron a Yecla. De nuevo tuvimos que volver a coger las colchonetas de paja y dormir, en esta ocasión, encima de unos tableros de la obra. Esta obra tenía programadas cincuenta viviendas en un bloque de cinco plantas, y sin ascensor. Las estructuras eran ya de pilares y de jácenas de hormigón armado. Los cerramientos, de ladrillos de cerámica.Durante los tres meses de invierno el frío era bastante intenso. Lo primero que hacíamos cuando llegábamos a una obra era tabicar una vivienda. La hacíamos sin ventanas. Lo único que tenía era la puerta de entrada. En esta obra, cuando nos acostábamos, lo hacíamos vestidos debido al frío y humedad que había por todos los sitios. Las mantas que usábamos estaban siempre húmedas. Una cosa es contarlo y otra muy diferente sufrirlo. Todos los sábados íbamos a Yecla utilizando el tren de vía estrecha que hacía el trayecto Alcoy-Cieza pasando por Villena y Yecla.
A VIVIR A SAN VICENTE

La vivienda que alquilamos era una planta alta que había en el interior del patio de un caserón, propiedad de un agricultor que tenía ya bastante edad y que no quería saber nada de la agricultura, y mucho menos de los dos hijos, que estaban estudiando. La planta alta de esta casa tenía unos noventa metros cuadrados. No había ningún tabique de separación. Lo que hicimos nosotros fue dividirla por la mitad y hacer las habitaciones necesarias, sin puertas, únicamente unas cortinas. Un par de cocinas, dos cuartos de aseo, y el resto de la planta, comedor comunitario y zona de ocio.
Estábamos un total de once: Martín y su mujer, mi cuñado Pascual y mi hermana, mi hermano Pedro con su mujer y dos de sus hijos y mi madre y yo; posteriormente, llegó el tío Juan. Al poco tiempo nació el primer hijo de mi hermana Fina. Recuerdo que fue el día 22 de Mayo del año 1958. Era domingo. Ese día jugó el Real Murcia contra el Hércules de Alicante en partido de segunda división del fútbol nacional.
Los domingos bajábamos a Alicante y, si hacía buen día, nos bañábamos en la playa del Postiguet. Íbamos en un tranvía que solía andar a tope de gente, sobre todo los días de fiesta. Estos tranvías llevaban un conductor y un revisor. De vez en cuando subía un señor que era el inspector y que, si te pillaba sin billete, te hacía pagar el doble. Tanto el conductor como el revisor vestían de uniforme gris y gorra de plato. Se asemejaban en su vestimenta a los ¨los grises¨, que tanto respeto imponían en aquellos tiempos.
De vez en cuando y siempre en verano, en la plaza de toros de Alicante hacían lucha libre americana. La plaza se llenaba porque este deporte gustaba mucho. Recuerdo que un día de entre semana se incendió la fábrica de goma, que estaba ubicada entre las dos carreteras de Villafranqueza y de San Vicente, a la altura de lo que hoy es el Hospital Residencia Virgen del Remedio. El incendio fue tan grande que todo Alicante se llenó de humo. El día 17 del mes de abril cayó aguanieve. Nos enteramos de que, por esas fechas, llegó a nevar abundantemente en Yecla. Fue una ola de frío que azotó a toda España.
¡ CUANTA AGUA !
Una vez terminadas las obras de Aspe, nos trasladaron a las de Alicante. La mayor parte de compañeros, incluído yo, no habíamos visto nunca el mar. En cuanto teníamos ocasión bajábamos a la playa para verlo. Estoy hablando del año 1958. Las obras estaban ubicadas en la carretera que va de Alicante a san Vicente del Raspeig, concretamente en el barrio de El Altozano. Estas obras consistían en un bloque grandísimo de cinco plantas.Todos los muros principales eran de piedra de cantera y con un espesor de cuarenta centímetros. Las vigas eran de hormigón pretensado y las bovedillas para los forjados, de yeso. Los medios que teníamos para subir los materiales a las plantas eran un montacargas fijo y unos carros pequeños para repartir por las plantas.Todo el amasado de mortero y de hormigón lo hacíamos a mano, o sea a base de sudor. Si a esto añadimos que siempre íbamos a destajo, el desgaste físico era mucho mayor.Nuestra cuadrilla era de cinco oficiales y cinco peones. La empresa nos ponía el hombre del montacargas, que iba a jornal. Nosotros, para motivarle, le dábamos algo de dinero extra y él se desvivía con nosotros.Conforme íbamos subiendo las plantas de las viviendas veíamos mucho mejor el mar. En ocasiones nos servíamos de la línea del horizonte del mar para nivelar algún elemento de la obra.Por aquel año, en España se desató una gripe bastante peligrosa llamada asiática. Tal fue su magnitud que, por ejemplo, nosotros, del total de la cuadrilla, sólo quedamos tres que pudimos seguir trabajando sin tener que marcharnos a casa por la gripe.UN SUSTO MORROCOTUDO

viernes, 3 de julio de 2009
MI ENTRADA EN QUINTAS
CAMBIO DE EMPRESA
empresa me pagaba y cotizaba a la Seguridad Social como peón. Lo mismo hacía con la mayoría de los compañeros. A nosotros no nos importaba demasiado porque siempre trabajábamos a destajo. Estoy hablando de los años 57, 58 y 59.
algo de dinero, poco, pero dinero. Estando en Monóvar me eché una medio novia. Una de mis primas dio a luz en Villena al mayor de sus hijos, y nos invitó al bautizo. Pero, como nosotros vivíamos en Yecla, el único que podía ir era yo. Le dije a mi madre que no se preocupara, que yo me pasaría por casa de mi prima para estar en el bautizo. Nada tan lejos de la realidad, lo único que hice fue coger el tren y marcharme a Monóvar a ver a la media novia que yo tenía. Esa misma semana se quejaron a mi madre porque no habíamos ido al bautizo. Ya os podéis imaginar el disgusto que se llevó. Cuando al sábado siguiente llegué a casa, la reprimenda fue de padre y muy señor mío.jueves, 2 de julio de 2009
APUNTARSE EN CORREOS
LAS PULGAS AL PODER
No quiero dejar de contar lo siguiente: durante los once meses que estuve allí trabajando las comidas eran bastante flojas y escasas. Por las mañanas consistían en un bocadillo. Al mediodía, casi siempre arroz con patatas, algo de hierbas y algo de salado o unas morcillas asadas al fuego. Por la noche, siempre patatas fritas, algún trozo de tocino y fruta. Con mucha suerte, alguna onza de chocolate o un trozo de dulce de membrillo.
miércoles, 1 de julio de 2009
EMPIEZA MI VIDA DE EMIGRANTE
semana en unas obras que tenía en Yecla. Si dabas buen resultado, te contrataba para la obra que había en Ayelo de Malferit, y, si no, te decía que de momento no le hacías falta, que ya te avisaría. En Yecla, antes de irme a esta empresa, ganaba veinticuatro pesetas en una jornada de ocho horas. El jornal que la nueva empresa me pagaba era de cuarenta pesetas al día, con una jornada de trabajo de diez horas en invierno y de doce o trece en verano; pero, ninguno de los que estábamos trabajando allí estaba dado de alta en la Seguridad Social. Éramos unos veinte. Algunos estaban casados y se llevaron a sus esposas e hijos. La empresa alquiló una casa muy grande, tipo palacete, que disponía de bastantes habitaciones tanto en la planta alta como en la baja. Esta casa también disponía de un par de cuadras que estaban ocupadas por un montón de muebles, más bien viejos, y en desuso por parte de la dueña de esa casa. Por haber, había hasta dos perros galgos, a los que la dueña quería más que a su propia familia, que, por cierto, no era muy extensa. En una de las habitaciones nos acostábamos once compañeros; eso sí, en el suelo y cada uno en su colchoneta de paja. A los ocho días de estar trabajando en esta empresa me dio un cólico intestinal. Lo pasé bastante mal. Los que no teníamos allí a la esposa íbamos cada tres semanas a Yecla. El medio de transporte era un autobús que hacía el trayecto de Villena a Valencia y
viceversa. De Villena a Yecla utilizábamos un tren de vía estrecha que hacía el recorrido de Alcoy a Cieza pasando por Jumilla y Yecla. Si uno de estos autobuses llegaba al punto en donde estábamos y venía completo, nos subíamos a la baca del autobús. En aquellos tiempos estaba permitido. Los jóvenes nos lo pasábamos de lo lindo.El pueblo era pequeño. Nunca les habían hecho tantas viviendas de una vez. Los vecinos estaban muy contentos. Cuando llegamos, nos propusimos respetar las costumbres y a las personas que habitaban allí. El resultado fue magnífico mientras permanecimos en aquel pueblo.Recuerdo que en el año 1956, en el mes de febrero, España sufrió una ola de frío intenso que tuvo una duración de un mes. En el pueblo de Ayelo de Malferit no hubo ni un solo día en que no estuviésemos por debajo de los cero grados. Aún así, nosotros no paramos de trabajar ni un solo día. El agua que empleábamos estaba en unas balsas que había en la calle. Todos los días teníamos que romper el hielo y “garvillar” el agua para que no apareciesen trozos de hielo en los muros que estábamos enluciendo. Aún así, tan pronto como echábamos el yeso en las paredes, veíamos cómo se cristalizaba.En este pueblo de Ayelo de Malferit fue en donde yo vi por primera vez las fiestas de los toros sueltos por las calles, que son bastante divertidas y que se celebran en la primera semana del mes de Agosto.
El doce de octubre de 1956, festividad de la Virgen del Pilar, debería haberse celebrado en la plaza de toros de Valencia una corrida de toros en la que estaba programada la actuación del torero murciano Manuel Cascales. En vísperas del Pilar hubo en Valencia unas grandes inundaciones. La corrida de toros fue suspendida. Durante el tiempo que duraron las inundaciones, la Región de Murcia (los huertanos) se volcó en ayudar incondicionalmente al pueblo de Valencia, y, sobre todo, con el burro Platero. En Murcia hubo una campaña benéfica a favor de los dannificados por estas inundaciones, y esa campaña recibió el nombre de "Platero".
El tiempo íba pasando, y el trabajo era cada vez más duro. El sueldo era el mismo, es decir cuarenta pesetas al día y doce o catorce horas en cada jornada. Recuerdo que en una semana hicimos la fachada de dieeciséis viviendas a base de muros de piedra y ladrillos entre dos oficiales, un peón y yo amasando; algo impensable con los medios de que disponíamos por aquellos tiempos.
Como he comentado anteriormente, a Yecla íbamos cada tres semanas. Los domingos los dedicábamos a jugar al fútbol o a ir al único cine que había en el pueblo. Por aquella época estaban de moda las películas de Antonio Molina, y, como siempre, las del oeste. Los compañeros de más edad pasaban el rato jugando a las cartas o tomándose algún que otro litro de vino. De vez en cuando a alguno se le subía a la cabeza pero jamás se metieron en follón alguno.
Cuando llevaba once meses en aquella empresa, decidí irme a Yecla a trabajar. Estuve un corto espacio de tiempo en otra empresa, hasta que varios compañeros de los que habíamos estado en Ayelo de Malferit nos fuimos a la empresa de Alfredo Corral Cervera.
Antes de empezar a contar mi vida en la nueva empresa quiero relatar el final de mi estancia en Ayelo de Malferit.
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