martes, 15 de septiembre de 2009

TRES TIPOS DE ALBAÑILERÍA

A medida que el tiempo iba pasando, progresaba yo y la empresa Forte S.A me adjudicaba mayores responsabilidades. Yo ponía el máximo interés y realizaba mi trabajo lo mejor que podía y sabía.
Cuando yo entré a trabajar en esta empresa había un maestro de obras que se encargaba de hacer todos los trabajos de albañilería. Se llamaba Antonio Nortes. En su oficio era muy inteligente además de buena persona. Tenía sesenta años, pero se conservaba bastante bien. En su juventud fue futbolista; llegó a jugar en segunda división del fútbol español, según contaba él. Jugó en el Murcia y en el Cádiz. Cuando se casó fue a vivir a Villena y allí estuvo hasta el final de sus días. Murió a los ochenta y un años.
Parece ser que la empresa me contrató a mí con la idea de que poco a poco fuese sustituyendo al señor Norte. Para que esto sucediera, tendría que pasar un tiempo, y no poco; primero, porque los trabajos que yo hacía de albañilería eran de mantenimiento; segundo, porque en aquellos tiempos la empresa había comprado unos montes para abrir una cantera y extraer los áridos que necesitaba como materias propias para la fabricación de sus productos; y, tercero, porque yo no sabía lo suficiente para hacer las cimentaciones para la maquinaria de la nueva cantera. Desde siempre he pensado que en la albañilería ha habido tres tipos de obras: albañilería de viviendas, albañilería de obras industriales, y albañilería de obras hidráulicas. De estos tres tipos de obras, la única que yo dominaba muy bien era la de viviendas, en las otras dos era bastante inexperto, y así se demotró cuando la empresa me dijo que me hiciese cargo de las obras de la cantera. Sin reparo alguno les dije que no estaba preparado para hacer ese tipo de obras. Las tuvo que hacer el señor Norte, que era un gran maestro. En las obras hidráulicas el señor Norte también era inexperto. El único que estaba preparado para las obras hidráulicas era Jerónimo Tomás, que se encargaba de controlar el montaje de las instalaciones de tuberías que la empresa fabricaba. Jerónimo Tomás estaba casado con una prima hermana mía. De este señor aprendí bastante en los montajes de tubos, además él fue quien me dijo si yo quería entrar a trabajar en Forte S.A. como albañil.
Con el paso del tiempo fuimos haciendo obras de más envergadura en la fabrica. Una de ellas fue la nave en la cual se ubicaron los vestuarios, zona de duchas y comedor, incluyendo una cantina para los más de cien operarios que en aquel tiempo éramos en el cuerpo de fábrica, sin contar el personal administrativo que tenía las oficinas en Villena ciudad.
A fuerza de ver y tener planos de las obras industriales e hidráulicas les fui cogiendo el hilo, hasta que llegó el momento en que el señor Norte terminó las obras de la nueva cantera y se marchó de la empresa, pero con la prerrogativa de volver cuando quisiera; las puertas las tendría siempre abiertas. Estoy hablando de los años 69/70. Por esta época la fábrica tenía una extensión de terrenos de 357.000 m2., pero carecía de muchas infraestructuras, tales como red de alcantarillado, urbanización de las calles con sus correspondientes bordillos, construcción de algunas naves y, por supuesto, el asfaltado de toda la fábrica. Para todos estos trabajos solamente estábamos mi hermano Martín y yo. Martín había entrado en la empresa por petición mía ocho meses después que yo. Posteriormente también entró en la empresa el tío Juan, como peón, persona mayor pero muy rentable en su trabajo y comportamiento. Cuando se quiso jubilar se vió obligado a estar en activo pasados los 66 años debido a que le faltaban cotizaciones después de haber estado toda su vida trabajando en la agricultura. Otra de las cosas que hacíamos en la fábrica era preparar muestrarios de los materiales de cara vista para las fachadas, con el fin de que los clientes pudieran ver cómo quedaba una vez acabado.
Debido a que esta fábrica de Villena era la más importante había que seguir ampliando el número de naves. Como he comentado anteriormente, las oficinas estaban en Villena ciudad. No hubo más remedio que hacer un nuevo edificio para todo el personal administrativo. Esta obra la ejecutó una empresa de Villena a excepción de la fachada principal, que hicimos nosotros, es decir los albañiles de Forte S. A. Para hacer una nueva nave me dijo la empresa que contratase a una constructora de Monovar que en aquellos momentos nos estaba haciendo unos pequeños trabajos. Esta pequeña empresa la componian dos socios, Benjamin y Jose María. Cuando fuimos al trato de a cuánto se tenía que pagar el metro de obra, Jose María me dijo que le pusiera diez pesetas más por metro, cinco para mí y las otras cinco para ellos. Yo tajantemente le dije: "si sigues hablandome de esa forma, ahora mismo cogéis las herramientas y os marchais de la empresa". El otro socio, Benjamin, le dijo: "José María, con Juan te has equivocado, asi que cállate y vamos a aceptar el precio que hemos fijado antes". Poco a poco se fueron haciendo todas las obras de infraestructura necesarias para esta fábrica, hasta que a finales del año 1.973 y comienzos del 74, se dieron por acabadas.
En aquellos tiempos estaba como director de la empresa D. Manuel Colomina Castañer. Por encima de él estaba D. Bernardo García Forte, que era dueño absoluto de todas las factorías que tenía en toda España, tales como en Mérida, Líria, Aspe, Albacete y, posteriormente, ampliaría a Orihuela y Alicante capital.

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LLegado a la jubilación, diviso mi vida como desde una atalaya: alegrías, miserias, trabajos, familia, amistades... Es como una película, la película de mi vida. Yo he tratado de presentar algunas cosillas en este sencillo blog. Es además, en cierta medida, el reflejo de lo que ha sido la vida de nuestra generación: carencias, sudor, lágrimas, y, también, algunos momentos agradables.

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