lunes, 12 de enero de 2009

COMIENZA MI CICLO ESCOLAR

Como dije anteriormente, yo empecé a ir a la escuela a los 5 años. En la escuela también nos obligaban a ir a misa. Pero, como yo tenía que ayudar a mi madre en el mercado, no podía ir a misa. Cuando iba el lunes a la escuela , el maestro me llamaba la atención de por qué no había ido a misa de doce. Yo le respondía que sí, que lo había hecho con mi madre a las seis de la mañana (a esta misa se la llamaba misa del alba) porque tenía que ayudar a mi madre a poner el puesto en el mercado y después ayudarle a vender. No era cierto que yo fuera a misa, pero mi madre sí que había ido. Mi madre me decía que si me preguntaban de qué color era la capa que había sacado el cura, como ella sí lo sabía, no había ningún problema.
Antes de todo esto, tengo que decir que yo prácticamente no tuve padre, porque, cuando terminó la guerra, yo tenía 14 meses de edad. Fué entonces cuando se lo llevaron a la cárcel, donde estuvo 8 años.
Estuvo en las siguientes cárceles: Murcia, Burgos, Sevilla y Montijo. Le dieron la libertad en Mayo del año 1946, y se murió en diciembre del mismo año. Lo que quiere decir que yo tenía casi nueve años. Cuando salió de la carcel fué a parar a casa de mi tía María, en Villena, y fué allí donde yo conocì a mi padre por primera vez. Mi madre y yo tuvimos que ir desde Yecla a Villena en un tren que había de vía estrecha. El momento en que mi padre y mi madre se vieron fué tremendamente emocionante, y todavía más cuando mi madre me dijo, ¡éste es tu padre!.
LLegado a la jubilación, diviso mi vida como desde una atalaya: alegrías, miserias, trabajos, familia, amistades... Es como una película, la película de mi vida. Yo he tratado de presentar algunas cosillas en este sencillo blog. Es además, en cierta medida, el reflejo de lo que ha sido la vida de nuestra generación: carencias, sudor, lágrimas, y, también, algunos momentos agradables.

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